Château de Fontainebleau: el castillo que albergó 36 reyes y emperadores

El castillo de Fontainebleau se encuentra a 70 km de París y llegar es muy fácil, hay que tomar el transilien R desde la estación Gare de Lyon hasta la estación Fontainebleau-Avon (este trayecto está incluido en el passe navigo mensual). Este trayecto toma unos 40 minutos y hay trenes cada media hora. La entrada tiene un costo de 14€.

Este castillo fue construido en el año 1137 y a partir del año 1528 comenzó a sufrir modificaciones. François I mandó a reconstruirlo, instalando una puerta dorada inspirada en la arquitectura italiana que marcó la entrada a la sala redonda alrededor de los aposentos reales y la sala de baile. El ala de la bella chimenea diseñada por Primatice con su gran escalera con doble rampa fue un claro ejemplo del renacimiento italiano adoptado por Francia.

Luego, Henri IV (alrededor del año 1589) decidió agrandar y abrir la sala redonda (principal) y creó una sala de oficiales y dos galerías superpuestas.

Con la presencia de Louis XV, el castillo volvió a modificarse: él reemplazó una galería construida durante el periodo de François I por un gran pabellón diseñado por el arquitecto Ange-Jacquess Gabriel en 1750.

Pero en la época de la revolución el castillo fue saqueado y quedó vacío hasta que Napoleón I destruye un ala del periodo del renacimiento y la sustituye por una reja con águilas imperiales.

En mi opinión, el castillo merece la pena visitarlo, ya que tiene mucha historia y sus jardines son muy pintorescos para hacer un pic-nic si el día está agradable. En cuanto a la visita, puede llevar alrededor de 3 horas. Y si tienen tiempo pueden hacerse una escapada al bosque de Fontainebleau.